jueves, 17 de septiembre de 2009

La llorona

Estaba toda la familia comodamente dormida, cada quien es su cuarto; uno de los hijos estaba despierto, pensar en la vida lo mantenía despierto y en aquel silencio casi limpio se oyó  un grito seguido de llanto. Esto lo sacó de su meditación y lo puso atento. Oyó como pasaba por la calle y se perdía en la noche, quedó algo asustado, pero pronto se calmo y pensó en como esto le serviría como anecdota la próxima vez que contara historias de miedo, con sus amigos ¡Acabo de oir a la llorona! Talvez después pueda exajerar un poco y ponerle más adornos, para que de más miedo.

Iba la pobre mujer pensando en como hacer para tener fuerzas para enfrentar la vida que se venía encima. Hoy habia sido un mal día ¿Un mal día? Eso le quedaba corto ¿Cómo llamarle a un día como este? El día que perdio su casa, fue echada a la calle junto a sus cuatro hijos sin contar al que tenía en el vientre; el día que su marido la abandonó, auque pensandolo bien él era una carga y no un consuelo; el día que su madre murio y su demás familia la abandono ¿Cómo llamarle a este día? Tal vez su último día, pensaba muy seriamente ¿Pero y sus hijos? ¿Quién los cuidará como ella? ¿Cómo crecerán sin padre ni madre? Entonces talvez sea el último día de ellos también; no podia rendirse ahora, penso. Descargo la ira, frustracion y tristesa que oprimia su corazón  en un solo grito que corto el silencio de la noche y comenzo a llorar sin que sus pies se detuvieran. Su llanto era desconsolador, pero mejor era sólo llorar. Regresaría con sus hijos para no dejarlos jamas, no sería justo que se quedaran sin nada.

la muerte del raton

En una casa solitaria iba el ratón brincando feliz por la cocina, derrepente ve un gran trozo de queso y de un vocado se lo intenta tragar. Pero cuando lo toca.....¡Zas! una trampa mortal lo atrapa y el pobre muere y deja a sus cinco hijos huerfanos y a una viuda sin consuelo.

Pero la verdad la culpa la tuvo el ratón. nunca debio ir feliz por allí, los ratones son precavidos, astutos y algo asustadisos, pero no felices.

¿Cinco hijos y una viuda? Por Favor... los cuentos de hoy no saben que inventar. Nunca lo extrañarán sus cientos de crias y decenas de hembras.

sábado, 5 de septiembre de 2009

El Árbol

Hace no mucho tiempo, en un campo lejano había u gran árbol ni él mismo sabía cuanto tiempo había estado ya allí, lo cierto es que habían pasado miles de años y recordaba todavía cuando junto a él habitaban miles de árboles más y a su sombra había más vida aun, juntos hacían una gran selva que por lo frondoso de sus copas hacían ver como si siempre fuera de noche. En fin, después de un tiempo los árboles fueron cayendo, el bosque ya no era tan obscuro, ahora se veía más apacible, hermoso y poblado por animales silvestres, ya no se veía como una jungla. Paso más el tiempo y algunas personas fueron llegando a ese lugar y comenzaron a cortar árboles a su alrededor, a nuestro amigo no lo tocaron pues era el más hermoso y el más grande de todos por lo cual proporcionaba una apacible sombra el las tardes calurosas de verano.
Un día este gran árbol desperto y se vio rodeado de extensos campos de maíz, era como ver un punto verde en una inmensidad dorada. Se vio allí y se sintio solo y triste. Lloró mucho tiempo botando una a una sus hojas, hasta que quedo totalmente seco y murio; los dueños de aquel campo notaron que el árbol que por muchas generaciones había adornado el centro de su plantación se había secado, al principio se entristecieron pero al fin y al cabo pensaron en cortarlo y hacer leña. De algo tenía que servir.
Un día muy temprano salió el leñador para cortar el árbol, en el camino iba pensando sobre aquel árbol y recordando como de niño se divertio trepando en las ramas de aquel árbol. Al principio se entristecio, pero al final penso que debía hacerlo, ese era su trabajo y además no le iba cortar la vida, porque obviamente ya estaba muerto. cuando llego se paro frente al inmenso árbol y contemplo por ultima vez su grandeza. Se preparo para dar el primer hachazo, pero cuando intento dar el primer golpe algo extraño paso... el hacha no le hizo ningun daño, es más, era el hacha la que se había agoyado. El leñador vio con extrañeza al gigante y entonces lo toco, porque a simple vista sólo era un gran árbol seco, pero cuando lo toco era totalmente de piedra y no cualquier piedra sino la más dura que en su vida había visto.
Al principio todo el mundo se sorprendio del suceso ¡Un árbol convertido en piedra! No era cualquier cosa, pero pasaron los años y todos olvidaron al árbol que se convirtio en piedra. Las nuevas generaciones también conocieron al árbol, pero una a una fueron sorprendiendose y luego olvidando al gran árbol y allí quedo como un gran monumento al olvido y a la indeferencia de la humanidad